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Desayuno con un abogado

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Los doce camellos, una historia árabe

La resolución de los conflictos en las empresas familiares a través de la mediación

Una antigua tradición beduina relata esta historia:

En un pequeño pueblo vivía un anciano y sus tres hijos. Sufriendo aquel una grave enfermedad y presintiendo la muerte, decidió planificar la herencia que dejaría a sus hijos: sus 11 camellos. Reunió a sus hijos y les dijo: “Querido hijo, a ti te dejo la mitad de mi rebaño. Tú, mi segundo hijo, tendrás una cuarta parte. Y finalmente, por ser el menor, tú recibirás una sexta parte.”

Cuando llegó el momento de dividir la herencia, los tres hijos se enojaron mucho pues seguir los deseos del testador suponía que el primero recibiría 5,5 camellos, el segundo 2,75 y el tercero 1,83333 camellos. La tensión se palpaba en el aire y la discordia estaba a punto de desatar la violencia entre los hermanos. Con la esperanza de resolver la disputa los tres hermanos fueron a un pueblo vecino para que un anciano cadi mediara en el conflicto. Éste, después de escucharlos, reflexionó un tiempo, trazó algunas señales en la arena y finalmente declaró: “Tomad uno de mis camellos, y, si Allah quiere, ya me lo devolveréis”. Desconcertados, pero no dispuestos a contradecir a este sabio, los hijos se marcharon añadiendo a su rebaño de once camellos este otro. Sin embargo, no tardaron en darse cuenta del ingenio del anciano: con doce camellos el reparto de la herencia era factible. El mayor recibió entonces seis camellos. El segundo tres y el más pequeño dos. ¡Los 11 camellos fueron distribuidos con precisión! En el lote sólo quedó el doceavo que, con aspecto satisfecho, regresó silenciosamente para reunirse con su amo.

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En esta historia de camellos de número insuficiente, de padre perverso y de hermanos pendencieros, ¿qué es lo que tiene que ver con el mundo del derecho? Por lo pronto, y no es poco, ejemplifica un progreso si la comparamos con la forma con que Caín resolvió sus disputas con Abel. Constituye una parábola de justicia aproximada en el que el derecho aparece manifestado en este gesto con el cual los hermanos dejan de hacerse justicia por sí mismos, y convienen, de un acuerdo común, confiar el arreglo del litigio a un tercero. Así que frente a la maldad del padre que los había guiado a reñir, aparece aquí este tercero en pos del justo reparto, de la violencia descartada y de la vida respetada que representa la justicia.

Toda una alegoría al símbolo de la venda sin la cual la espada solo resultaría una forma de justicia brutal apenas diferente al principio del talión. Es precisamente para escapar de la espada (la que hubiera cortado los camellos en pedazos y tal vez mañana armado la mano de los hermanos mismos) por la que acuden al cadí. Y aun así, convengamos un momento, la espada es también necesaria a la justicia: la de Salomón que, para producir una justicia superior, finge cortar el niño. A través de la venda, el tercero, en este caso, el cadí, logra obviar las motivaciones turbias que llevaron al acto equivocado del padre y desentenderse de las acusaciones entre los hermanos para, finalmente, concebir una solución satisfactoria (representada por la balanza) y, por extensión, para la sociedad en general. Recalemos en este último punto.

El cadí, al proporcionar su solución, cumple una función inicial al asignar a cada hermano la parte que le corresponde (suum caique tribuere). El duodécimo camello suple satisfactoriamente el déficit revelado en el testamento paterno, y no perjudica a ninguno de los hijos ni altera las cuotas hereditarias. Sin embargo, más allá de este reparto aparentemente simple la solución se erige también como una institución crucial en la sociedad, una alternativa institucional que busca prevenir la violencia en aras de la paz social. En efecto, esto es así porque no se limita únicamente a la asignación de unas partes; de manera simultánea actúa también como un mecanismo que integra a los conflictuados en la misma sociedad, acercándolos en lugar de distanciarlos. De este proceso de repartición surge un interés emergente, cuya importancia supera a la parte específica asignada a cada individuo: la restauración de la armonía y la revitalización de la cooperación. En este sentido, la decisión del cadí no solo representa la división de partes, sino también el restablecimiento de la concordia, fortaleciendo así los lazos sociales esenciales.

La mediación como herramienta para evitar y resolver conflictos en las empresas familiares

Las empresas familiares son entidades únicas que fusionan la dinámica empresarial con las complejidades de las relaciones familiares. Aunque estas compañías pueden ser una fuente invaluable de fortaleza y resiliencia, también están propensas a enfrentar desafíos particulares relacionados con la gestión de conflictos. La mediación se presenta como una herramienta eficaz para prevenir y resolver disputas en este entorno, ofreciendo un enfoque estructurado y colaborativo.

Entendiendo los desafíos de las empresas familiares.

Las empresas familiares a menudo se encuentran en la encrucijada de intereses personales y empresariales. Los conflictos pueden surgir debido a la falta de límites claros entre los roles familiares y empresariales, la sucesión, la toma de decisiones y la distribución de recursos. Estos problemas pueden afectar negativamente la cohesión familiar y, en última instancia, impactar el rendimiento empresarial.

Qué es la mediación?

La mediación es un proceso voluntario y confidencial en el que un tercero neutral, el mediador, facilita la comunicación entre las partes en conflicto. El objetivo es llegar a un acuerdo mutuamente aceptable sin la necesidad de recurrir a litigios. En el contexto de empresas familiares, la mediación puede ser particularmente eficaz al abordar cuestiones emocionales y empresariales de manera integral.

Beneficios de la mediación en empresas familiares:

  1. Preservación de Relaciones Familiares:La mediación se centra en la construcción de puentes en lugar de erigir barreras. Ayuda a preservar las relaciones familiares al fomentar la comunicación abierta y la comprensión mutua.
  2. Eficiencia y Costos:En comparación con los procesos legales, la mediación es más eficiente y a menudo más económica. Puede ahorrar tiempo y recursos al evitar procedimientos prolongados y costosos.
  3. Desarrollo de Acuerdos Personalizados:A través de la mediación, las partes pueden participar activamente en la creación de soluciones personalizadas que se adapten a sus necesidades y expectativas, lo que puede resultar en acuerdos más duraderos.
  4. Enfoque Preventivo:La mediación no solo aborda conflictos existentes, sino que también puede actuar de manera preventiva. Facilita discusiones proactivas sobre temas potencialmente conflictivos, como la sucesión, antes de que se conviertan en problemas mayores.

Implementación práctica de la mediación en empresas familiares:

 

  1. Selección del Mediador:Es crucial elegir un mediador con experiencia en asuntos familiares y empresariales. Un mediador con habilidades interpersonales sólidas y conocimiento del entorno empresarial puede facilitar el proceso de manera más efectiva.
  2. Sesiones de Mediación:Las sesiones de mediación proporcionan un espacio seguro para que las partes expresen sus preocupaciones y perspectivas. El mediador ayuda a guiar la conversación hacia soluciones prácticas y acuerdos mutuos.
  3. Acuerdo Formal:Una vez que se alcanza un acuerdo, se formaliza en un documento vinculante. Este documento puede abordar temas como la estructura de propiedad, la toma de decisiones y otros aspectos relevantes para la empresa familiar.
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