M
Desayuno con un abogado

La necesidad de identificarse con el abogado

A propósito de la ansiedad de la que hablaba en un anterior post (El miedo y la ansiedad del cliente), conviene saber que la presencia y compañía del abogado posee ciertos efectores aliviadores y puede tener mucho de terapéutico. Hay clientes que quisieran vernos a su lado a todas horas. Para ellos ir con el abogado es llevar al padre consigo; el padre que sabrá conjurar todos los peligros representados por las togas de jueces y fiscales, las voces algunas veces poco cordiales de los funcionarios, las miradas hostiles de los contrarios …

Cuando el cliente acude por primera vez a un juzgado y de la compañía de su abogado, se reproduce, diría, la imagen entrañablemente didáctica del padre acompañando a su hijo a visitar por primera vez el parque zoológico.

Como institución, el abogado posee toda una serie de símbolos altamente aprovechables para desvanecer o disminuir la ansiedad. de entre todos ellos el más eficaz es la ley, pero entiéndase bien, la ley convertida en producto o instrumento operativo, como el médico utiliza los fármacos o el bisturí. El abogado es un “hombre de leyes”. Y su herramienta se halla constituida por una serie de libros de grueso lomo que vistos en las estanterías de su despacho van diciéndole al visitante “Derecho Civil”, “Derecho Procesal Civil”, “Ley Reguladora Jurisdicción Social”, “Código Penal”, etc.

Generalmente estas percepciones se viven como poder; todos estos nombres tienen una resonancia emocional y profunda. Por otro lado, esta ansia o búsqueda de poder es uno de los tantos mecanismos que se suelen emplear para protegerse contra la angustia y, a veces, para encontrar la salida a la hostilidad reprimida. Y una forma de introyectarlo en el cliente es cuando recurrimos a frases como “pediremos un embargo preventivo”, “presentaremos una excepción de incompetencia”, “recurriremos al Tribunal Supremo”. Aunque el cliente puede no captar completamente el alcance o la dimensión de estas acciones, el simple hecho de escucharlas produce un efecto terapéutico al ofrecerle una sensación de que se están tomando medidas concretas y efectivas en su favor. Esto es, de que algo se está haciendo por él.

81 visitas
Deja un comentario o Comparte una anécdota

El Cliente

Más artículos

El suicidio moral

¿Mejor un arreglo que un pleito?  Enfrentado al conflicto una persona...

error: Contenido con Copyright