¿Qué es un protocolo familiar?
Es una herramienta integral que permite abordar las complejas dinámicas entre la familia y la empresa, anticipándose a cuestiones cruciales que afectan a ambas esferas. Este proceso no solo facilita la comunicación familiar, la planificación y la toma de decisiones, sino que también clarifica las expectativas de los diversos interesados en asuntos que suelen ser delicados en el contexto de las empresas familiares.
Con independencia de sus implicaciones legales, el protocolo familiar aborda una diversidad de aspectos, incluyendo los emocionales, patrimoniales, estratégicos y empresariales. Este enfoque amplio y multidisciplinario es esencial para comprender la complejidad de la relación entre la familia y la empresa.
¿Para qué sirve?
En cuanto a su propósito, el protocolo familiar tiene como objetivo principal facilitar las condiciones necesarias para lograr la continuidad generacional y el mantenimiento de la propiedad, gobierno y gestión en manos de la familia, y en este propósito proporciona un marco claro y efectivo que contribuye a la armonía y sostenibilidad de la empresa familiar a lo largo del tiempo.
¿Por qué es recomendable? Sus ventajas
- Proporciona a la familia una serie de mecanismos, estructuras y herramientas que facilitan la consecución de sus objetivos estratégicos, siendo la continuidad generacional un logro destacado.
- Establece un espacio propicio para la reflexión familiar, la identificación de valores fundamentales para la empresa familiar, la alineación de expectativas y la resolución de inquietudes o preocupaciones, fomentando un compromiso a largo plazo de la familia con la empresa
- La participación de asesores expertos posibilita abordar temas delicados de manera conciliadora, constructiva y neutral, permitiendo que la familia encuentre las mejores soluciones por sí misma.
- Introduce a la familia empresaria en un nuevo modus operandi, caracterizado por una comunicación clara y fluida, accionistas bien instruidos e informados, y una gestión profesionalizada
- Constituye una herramienta preventiva que anticipa conflictos y anticipa soluciones, permitiendo a la familia empresaria anticiparse a escenarios potencialmente conflictivos, siendo esencial para resolver problemas en las empresas familiares
- Facilita la planificación del relevo generacional en todas sus fases (propiedad, gestión y gobierno), abordando cuestiones fundamentales como la preparación de los sucesores, criterios de selección, designación de líderes y momentos clave para traspasos, entradas y salidas.
Algunos consejos
La resolución de conflictos en empresas familiares es algo delicado que va más allá de las estructuras organizativas tradicionales. En muchas ocasiones, el conflicto no solo involucra aspectos comerciales, financieros o estratégicos, sino que también se ve fuertemente influenciado por dinámicas familiares y emocionales. En momentos de crisis, cuando las relaciones familiares se ven fracturadas, surge la necesidad de un enfoque especializado.
Abordar la resolución de conflictos en este contexto requiere algo más que la aplicación de técnicas empresariales convencionales. En estos momentos críticos, el aspecto emocional juega un papel central, afectando la toma de decisiones. Aquí es donde entra en juego la figura del consultar externo, alguien con experiencia en la gestión de conflictos que puede proporcionar una perspectiva objetiva y habilidades especializadas para restaurar la armonía y guiar a la familia hacia soluciones sostenibles.
Sin embargo, esperar a que las tensiones alcancen niveles insostenibles antes de buscar la ayuda de un consultor es uno de los peores momentos para iniciar este tipo de procesos. La intervención temprana, incluso cuando los signos de conflictos son sutiles, puede prevenir crisis mayores y ayudar a la familia a construir una base sólida para enfrentar desafíos futuros.
Además, otro aspecto fundamental es no concebir al protocolo familiar como algo estático. Es común que las familias creen un protocolo, lo consideren un documento finalizado y lo olviden en algún cajón. Sin embargo, esta perspectiva estática puede ser perjudicial. El protocolo familiar debe ser dinámico y adaptarse a las cambiantes circunstancias de la familia y la empresa, y en este propósito la figura del consultor externo juega también un papel decisivo.
El protocolo familiar debe ser revisado y actualizado periódicamente para asegurar su relevancia y eficacia continua. Incluir cláusulas que permitan ajustes según sea necesario y fomentar la comunicación abierta y la participación de todas las partes interesadas puede contribuir significativamente a su éxito a largo plazo.