El cliente insatisfecho a pesar del éxito
Se está en el caso de dar la razón a la parte actora, pero por otros motivos a los alegados por su defensa
Ocurre en ocasiones que el juez o el tribunal nos da la razón pero con argumentos muy diferentes a los hechos valer en la demanda. Si además se da el caso de que en la sentencia se enfatiza esta circunstancia, lo normal es que el abogado experimente emociones ambivalentes y que por una de ellas sea sojuzgado por el cliente. No deberíamos avergonzarnos en casos así. Reconvenciones de este estilo se injertan en ocasiones como una pretensión de presuntuosa infalibilidad. A veces también sucede que el tribunal superior mantiene el pronunciamiento pero por razones distintas a las empleadas por el juez, solo que en estos casos, claro está, con una más discreta presuntuosidad.
Desayunando esta mañana con un compañero de fatigas, me comenta acerca de cierto cliente de dedos avarientos y algo querulante, a quien el éxito del caso no ha conseguido incitar su gratitud. Para negarse a pagar los honorarios, alega en su defensa que al único a quien debe su buenaventura es al piadoso juez que le ha apartado de la desdicha a la que había conducido su amigo por, refiere, un desviado entendimiento de la ley. De hacérselo ver se ocupa la sentencia expresando abiertamente el desacierto del abogado.
¡Buen apetito!