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Desayuno con un abogado

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La jurisprudencia del hombre-mono

Tradición cultural y justicia 

Por cosas del azar he dado con esta curiosa sentencia de fecha 22 de abril de 1964 del tribunal penal de Buoy, en Gabón. Os animo a leerla porque es todo un desafío a nuestra comprensión convencional.

En una apretada síntesis, resulta que por razones sobrenaturales y de brujería el tribunal decidió absolver a un hombre acusado de homicidio después de apreciar que en razón de su moralidad no podía ser culpable de una muerte por voluntad propia. Éste, en su descargo, afirmaba haber matado a un mono y los jueces admitieron este alegado asumiendo para ello la metamorfosis de la víctima sobre la base de que esta constituye una práctica muy extendida en Gabón.

GABÓN – HOMICIDIO INVOLUNTARIO – CALIDAD DE SER HUMANO DE LA VÍCTIMA – PRÁCTICAS MÁGICAS Y DE BRUJERÍA – TRANSFORMACIÓN DE LA VÍCTIMA EN EL MOMENTO DE LOS HECHOS – RELAJACIÓN: Tribunal Penal de Boué,

22 de abril de 1964.

El Tribunal,

………..

Considerando que Biyeke Etienne fue citado a comparecer ante el Tribunal Penal de este Tribunal, para la prevención de haberlo cometido, en Bisso-Binlam, distrito de Boué, el 13 de septiembre de 1963, en cualquier caso durante menos de 3 años, por imprudencia, torpeza, negligencia, desatención o incumplimiento de las normas, provocaron involuntariamente un homicidio en la persona del señor Joseph Akoué;

Considerando que se desprende de los debates y del expediente sobre Biyeke Etienne, que el 13 de septiembre de 1963 salió a cazar por la tarde; que alrededor de las 4 de la tarde escuchó los gritos de los monos, que se posicionó entre el gran bosque y las antiguas plantaciones de donde provenían estos gritos, esperando que los monos se trasladaran de las antiguas plantaciones al bosque; que al darse cuenta de que se alejaban de él, Biyeke decidió seguirlos cuando, bajo el follaje, vio venir hacia él un chimpancé, el cual se acercaba cada vez más a él mientras gritaba, Biyeke se vio obligado a cargarle en la cabeza con un disparo; que el chimpancé cayó y en su lugar hizo oír el grito de un hombre; que se puso de pie como un hombre y aún podía correr más de 1.000 metros en el bosque, cuando Eloumé Elizabeth, que lo encontró, lo tomó de la mano, que la víctima se desplomó y murió sin decir nada; que pidió ayuda, los aldeanos acudieron, reconocieron y transportaron el cuerpo de Akoué Joseph a la aldea;

Mientras que en la audiencia el acusado sostuvo que vio perfectamente claro cuando disparó y que había identificado claramente a su víctima como un chimpancé, al que no caza por primera vez, habiendo capturado ya cuatro desde que comenzó a cazar;

Considerando que el homicidio involuntario sólo es punible si se trata de un hombre que fue asesinado por torpeza, imprudencia o negligencia; que en este caso Biyeke apuntó a plena luz del día y disparó a un chimpancé y no a un hombre; que si el chimpancé se convirtió en hombre después del tiroteo, Biyeke ya no puede ser retenido en la prevención del homicidio involuntario;

Considerando que en Gabón es bien sabido que los hombres se transforman en pantera, gorila, elefante, etc., para realizar hazañas, eliminar enemigos o imponerse pesadas responsabilidades, defender sus plantaciones y devastar las de vecinos y amigos; que se trata de hechos que el derecho occidental desconoce y que el juez gabonés debe tener en cuenta; que, en efecto, resulta inconcebible para el espíritu europeo que un hombre pueda recorrer más de 400 kilómetros en 27 horas a pie, mientras que un bakoto de Makokou y Boué lo logró;

Considerando que tampoco es habitual que una persona que ha recibido una carga de plomo en la cabeza y después de haberse caído se levante y consiga correr más de 1.000 metros en el bosque; que este fue el caso de Akoué Joseph;

Considerando que todavía es necesario hacer saber que las transformaciones de los hombres en animales feroces se hacen todavía para no asustar la caza, para apoderarse de ella más fácilmente;

Mientras que Akoué Joseph, que iba a cazar sin armas, no tenía ninguna necesidad, ya que podía cazar sin armas;

Mientras que si es necesario castigar los homicidios involuntarios durante la caza, hay razones para examinar los casos y tomar medidas enérgicas contra estas prácticas mágicas y brujerías que pueblan Gabón, especialmente en materia de operaciones en el bosque, y que retrasan enormemente la evolución de nuestra gente;

Considerando que el tribunal está plenamente convencido de que Akoué Joseph se transformó en chimpancé en el bosque donde habría estado cazando sin arma y sin el conocimiento de nadie, y que Biyeke, notable, veterano, ampliamente condecorado, varias veces vencedor sobre los chimpancés, podría no disparar a plena luz del día contra un hombre contra quien no tenía antecedentes desfavorables;

Por estos motivos, declara a Biyeke Etienne inocente de los hechos que se le imputan.

Con el propósito de despejar posibles dudas, considero pertinente añadir que la sentencia en cuestión carece completamente de cualquier connotación racista. Resulta esencial situar la lectura de este veredicto en un contexto geográfico y temporal donde, según mis averiguaciones, la delincuencia era considerada tradicionalmente como un fenómeno anómalo. Esto daba pie a que cualquier acto de homicidio se concibiera como una desviación cuya motivación solo podía ser accidental o involuntaria. Bajo esta concepción el criterio de la intencionalidad trascendía así a la búsqueda de una voluntad externa al autor del delito que por lo común se asociaba al ámbito de la brujería.

Cosas veredes, amigo Sancho.

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