Los tribunales, que a menudo son lugares de tensión, estrategias legales y protocolos formales, también pueden ser escenario de momentos inolvidables que rompen con esa rigidez. En otro juicio, por ejemplo, un abogado defensor, en un intento de probar la inocencia de su cliente, lanzó una pregunta aparentemente brillante al testigo, quien había sido llamado para describir las circunstancias de un robo nocturno:
—¿Puede decirnos, señor, cuán lejos estaba del lugar de los hechos cuando presenció el supuesto robo?
El testigo, con una cara de completa seriedad, respondió:
—A unos 20 metros, aproximadamente.
El abogado, intentando ser astuto, continuó:
—¿Y cómo es posible que pueda estar tan seguro de haber visto algo tan claramente desde esa distancia, en plena oscuridad?
El testigo, sin perder el ritmo, contestó con toda calma:
—Porque había una farola justo al lado de donde ocurrió.
