Epigrama burlón de Marcus Valerius Martialis contra el abogado Póstumo (VI,19)
Ni de muerte, ni veneno y
Ni de violencia se trata,
pero sí sencillamente
del robo de mi cabra.
Yo denuncio a mi vecino
como autor de tal hazaña;
el juez reclama las pruebas
pero tú sólo le hablas
de la guerra de Mitrídates,
de la batalla de Cannas.
y de la perfidia púnica
y su furor. No te cansas
de citar los Silas, Marios,
Mucios, pasmorotadas
y voces. Más ¿cuándo, Póstumo,
hablará de mi cabra?
El caso de Póstumo y la cabra perdida debería hacernos recordar que la verdadera maestría de un abogado radica en equilibrar la erudición con la pertinencia, no en satisfacer su ego a expensas del tiempo ajeno. Lamentablemente para algunos el verdadero botín es la paciencia del público y las cabras, al parecer, solo un detalle menor.