
Ausencia de un baremo específico
La valoración del daño en los accidentes de trabajo es uno de los aspectos más complejos y decisivos en las reclamaciones de indemnización por responsabilidad civil derivadas de un accidente laboral o de una enfermedad profesional. A diferencia de los siniestros de tráfico, donde existe un sistema legal bien estructurado para cuantificar los perjuicios, en el ámbito laboral no hay un baremo específico de aplicación obligatoria.
Esta ausencia normativa introduce un factor de incertidumbre que afecta tanto a las víctimas como a las empresas y a sus aseguradoras. La cuantificación del daño deja de ser un cálculo reglado y pasa a depender de la valoración judicial, lo que abre un amplio margen para la interpretación y el debate probatorio. No obstante, la jurisprudencia ha ido consolidando un criterio que aporta cierta previsibilidad: la utilización del baremo de tráfico como herramienta orientadora para fijar indemnizaciones en materia laboral. Concebido originalmente para los accidentes de circulación, este sistema ha demostrado ser útil en el ámbito laboral por ofrecer un marco que combina proporcionalidad, razonabilidad y seguridad jurídica.
En efecto, en materia de accidentes de trabajo no existe una norma que determine cómo calcular el daño sufrido por el trabajador cuando este reclama una indemnización por responsabilidad civil. A diferencia del tráfico rodado, donde el legislador ha tasado la valoración, los jueces deben recurrir a los principios generales del Derecho civil y a su propio criterio para garantizar una reparación justa.
La sentencia del Tribunal Supremo de 12 de septiembre de 2017 (rec. 1855/2015) lo reconoce de forma expresa: en los accidentes laborales no hay criterios legales predeterminados para la valoración del daño, siendo la única regla la de la razonabilidad y proporcionalidad, cuya aplicación queda en manos del juez. En este escenario, el baremo de tráfico actúa como una guía práctica —no vinculante, pero sí orientadora— que contribuye a dotar de coherencia a las resoluciones y a reducir la disparidad de criterios entre distintos tribunales.
Ventajas del baremo de tráfico en responsabilidad civil laboral
El uso del baremo de tráfico para la valoración del daño en accidentes laborales ha sido validado por reiterada jurisprudencia del Tribunal Supremo, que destaca su utilidad tanto en el plano técnico como en el jurídico.
La sentencia del Tribunal Supremo de 17 de julio de 2007 (rec. 4367/2005) detalla de forma clara las ventajas de su utilización, entre las que se destacan:
✅ Seguridad jurídica (art. 9.3 CE): establece parámetros predecibles para valorar indemnizaciones, lo que evita decisiones arbitrarias y refuerza la confianza de los ciudadanos en el sistema judicial.
✅ Igualdad ante la ley (art. 14 CE): permite aplicar un criterio uniforme en casos similares, evitando desigualdades entre trabajadores que han sufrido daños comparables.
✅ Reducción de litigiosidad: al ser un sistema aceptado por los tribunales, su utilización favorece acuerdos extrajudiciales y reduce el número de procesos judiciales innecesarios.
✅ Valoración del daño moral: proporciona referencias económicas orientativas para cuantificar un concepto especialmente complejo y subjetivo, como es el daño moral, que suele ser difícil de acreditar con precisión pericial.
La valoración del daño moral y corporal: una tarea compleja pero necesaria
La jurisprudencia también reconoce las dificultades inherentes a la cuantificación económica del daño, especialmente en lo que respecta al daño moral. Mientras que las secuelas físicas pueden acreditarse mediante informes médicos, la equivalencia económica del sufrimiento, la angustia, o la pérdida de calidad de vida requiere siempre una apreciación judicial, basada en la prueba y en la experiencia del juzgador.
Como señala la misma sentencia del TS de 17 de julio de 2007:
“La cuantificación del daño corporal y más aún la del moral siempre es difícil y subjetiva, pues, las pruebas practicadas en el proceso permiten evidenciar la realidad del daño, pero no evidencian, normalmente, con toda seguridad la equivalencia económica que deba atribuirse al mismo para su completo resarcimiento.”
En este sentido, el baremo actúa como una guía técnica, que no sustituye el juicio del juez, pero lo orienta para evitar valoraciones puramente subjetivas o inconsistentes.
¿Cuál es el momento clave para fijar la indemnización?
Otro aspecto esencial en la valoración del daño es el momento en el que se debe aplicar el baremo. La jurisprudencia ha establecido con claridad que la indemnización debe actualizarse conforme al momento en que se cuantifica el daño, no al momento en que ocurrió el accidente.
La sentencia del Tribunal Supremo n.º 429/2007, de 17 de abril establece el principio de “deuda de valor”, señalando que:
“El principio valorista obliga a actualizar el importe de la indemnización con arreglo a la pérdida del valor adquisitivo que experimente la moneda, para que el paso del tiempo no redunde en beneficio del causante del daño.”
Esto significa que, si bien el baremo aplicable será el vigente en la fecha del accidente, el valor de las cantidades deberá actualizarse hasta la fecha de la sentencia que lo reconoce y fija la indemnización, con el fin de asegurar la reparación íntegra del daño sufrido por el trabajador.
Este criterio ha sido confirmado por otras resoluciones, como la sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco n.º 1980/2013, de 12 de noviembre, que aplica esta doctrina para evitar que la inflación o el retraso procesal disminuyan el valor efectivo de la compensación.
Conclusión
En definitiva, aunque no exista un baremo legal específico para cuantificar la valoración del daño en accidentes de trabajo los tribunales aplican de forma consolidada el baremo de tráfico como herramienta técnica orientadora, en busca de soluciones equitativas, predecibles y razonables.
La jurisprudencia ha respaldado este enfoque por ser compatible con los principios constitucionales de igualdad, seguridad jurídica y reparación íntegra del daño, y porque permite cuantificar también aspectos complejos como el daño moral.
Para asegurar que el cálculo de la indemnización sea justo y completo, es fundamental contar con el apoyo de un abogado especializado en responsabilidad civil y con informes periciales médicos y económicos sólidos, que fundamenten adecuadamente la reclamación.
Ejemplo práctico de valoración del daño en accidente laboral
Lesión: fractura de tibia y peroné debido a la falta de medidas de seguridad en el lugar de trabajo.
Daños:
- 180 días de baja médica
- 15 días de hospitalización
- Secuelas físicas con movilidad limitada
- Trastorno adaptativo leve (daño psicológico)
- Cicatriz visible
Cálculo estimado según baremo (orientativo)
- Perjuicio personal básico: 180 días × 35 € = 6.300 €
- Perjuicio particular:
- 15 días hospitalarios × 55 € = 825 €
- 30 días con limitación × 52 € = 1.560 €
- Secuelas físicas: 7 puntos × 900 € = 6.300 €
- Secuelas psicológicas: 2 puntos × 900 € = 1.800 €
- Perjuicio estético: 1 punto × 900 € = 900 €
- Lucro cesante: Diferencia salarial estimada = 1.500 €
Total estimado de indemnización: aproximadamente 19.185 €
Nota: estos cálculos son orientativos. Cada caso debe analizarse de forma individual por un perito y un abogado especializado.
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